sábado, 1 de febrero de 2014

Nubes negras

Desde la ventana de mi cocina




















La noche despierta de su descanso
esta mañana de sábado.
No es el mismo cielo de aquel atardecer
que mirando tus ojos risueños te dije...
¡Mira qué bonitas, nubes negras!
Tú reíste feliz dejando el camino atrás,
volando para encontrar el tiempo
que esperaba impaciente, inquieto.
El alba llegó gris, madrugador,
cruel, con el alma melancólica y triste.
Adioses de silencio y despedida.


María Arteaga


***

9 comentarios:

El Sol dijo...

La melancolía está latente en cada uno de tus versos,
que no restan ni un ápice de belleza, María.

Feliz fin de semana, mi niña.

Patricia dijo...

Debe ser maravilloso que hasta las nubes negras parezcan bellas, y saber plasmar esa melancolía triste, que endulza incluso un poco esos atardeceres y amaneceres, lo es también. Un abrazo

Talismán dijo...

"No es el mismo cielo de aquel atardecer
que mirando tus ojos risueños te dije...
¡Mira qué bonitas, nubes negras!
Tú reíste feliz dejando el camino atrás,
volando para encontrar el tiempo
que esperaba impaciente, inquieto".

Buenas tardes, preciosidad.
Me quedo con estos versos maravillosos. Gracias, María.
Un beso

uno mas dijo...

Mi niña que bonitos versos.
Besos.

Anónimo dijo...

Mi alma grita de sorpresa cuando te leo, princesa.

Feliz noche y semana venidera.

Francisca Quintana Vega dijo...

Intuyo dolor en esos versos. Espero que no sea esa la situación presente. Que sea pasado. Un beso.

uno de lejos dijo...

Maravilla de versos. Bs

Anónimo dijo...

Me fascina como escribes.
precioso besos.

Anónimo dijo...

Belleza en cada letra, en cada verso.
En ti. Un beso, María.