Dulces como el vino disfrutado en un solo vaso,
callados cuando anhela que acaricie su perfil,
osados en los momentos ansiosos,
curiosos al sentir su respirar profundo
pidiendo sin palabras que le bese,
que sea un peregrino de su piel.
Desobedientes como oídos sordos,
sabios cuando habla o escucha,
atrevidos si percibe que le desean,
son sus labios una fuente de infinito placer.
María Arteaga
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9 comentarios:
Cuando dos beben de un solo vaso,
su intimidad se desborda llegando a la excelencia.
Me gusta el toque de erotismo que has sabido vestir en este poema.
Besos, niña.
Bello poema, un canto a esas pasiones que dos almas viven en una sola.
Besos y abrazos.
En las caricias, es muy bonito desobedecer.
En tu pluma, la imaginación se hace poema.
Un beso, amiga.
Preciosos sentimientos hechos poesía.
Algún día, tus versos saldrán de su escondite para brillar como el sol.
Un beso
Puro placer, señora. Hermoso
Saludos
Poema sensual, que no sexual. Atrevido, sugerente... Me gusta. Besos.
Hola María.
Me gusta este poema distinto, es bonito y tan sutil en su estilo,
que la imaginación vuela tan alto como tus versos.
Feliz semana.
Maravilla de versos cargados de deseo y adornados con mucho amor
Alimento de mis soledades.
Besos, María.
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