Desde la ventana de mi cocina |
La noche despierta de su descanso
esta mañana de sábado.
No es el mismo cielo de aquel atardecer
que mirando tus ojos risueños te dije...
¡Mira qué bonitas, nubes negras!
Tú reíste feliz dejando el camino atrás,
volando para encontrar el tiempo
que esperaba impaciente, inquieto.
El alba llegó gris, madrugador,
cruel, con el alma melancólica y triste.
Adioses de silencio y despedida.
María Arteaga
***
9 comentarios:
La melancolía está latente en cada uno de tus versos,
que no restan ni un ápice de belleza, María.
Feliz fin de semana, mi niña.
Debe ser maravilloso que hasta las nubes negras parezcan bellas, y saber plasmar esa melancolía triste, que endulza incluso un poco esos atardeceres y amaneceres, lo es también. Un abrazo
"No es el mismo cielo de aquel atardecer
que mirando tus ojos risueños te dije...
¡Mira qué bonitas, nubes negras!
Tú reíste feliz dejando el camino atrás,
volando para encontrar el tiempo
que esperaba impaciente, inquieto".
Buenas tardes, preciosidad.
Me quedo con estos versos maravillosos. Gracias, María.
Un beso
Mi niña que bonitos versos.
Besos.
Mi alma grita de sorpresa cuando te leo, princesa.
Feliz noche y semana venidera.
Intuyo dolor en esos versos. Espero que no sea esa la situación presente. Que sea pasado. Un beso.
Maravilla de versos. Bs
Me fascina como escribes.
precioso besos.
Belleza en cada letra, en cada verso.
En ti. Un beso, María.
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