Sé que mi anhelo fue como el tuyo.
Ella ha sido testigo de miles de besos
y espero que mantenga el silencio.
Hoy tendrá compañía en su mundo,
Perseidas, lágrimas de San Lorenzo.
Miraré otra vez al infinito
y formularé de nuevo el deseo,
que será el mismo de siempre
y no lo digo por si confunde el camino.
Adoraré tus ojos desde aquí
que para eso los tengo grabados
desde aquella noche de invierno.
Como antes te aseguré,
crecerá nuestro amor desbordado,
tan bello como las olas en la noche
cuando nos amamos desde lejos.
María Arteaga
***
4 comentarios:
Como siempre, maravilloso.
Murciana
Perseidas. Otra noche de magia y sueños.
Que seas feliz. Bonito poema.
Besos, mi niña.
¿Se han cumplido tus deseos?
Hermoso poema, María.
Besitos
Muy lindo,María.Tengo un poquito abandonados mi blog y los blog amigos, pero siempre vuelvo. Saludos.
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