No existe día que no escuche el silencio del alba.
Mis sentidos despiertan temprano, apenas duermen,
si acaso se esconden de mí temerosos.
Hago recuento de mi pasado, imagino el futuro
y me olvido de vivir el presente.
No disfruto con intensidad lo que tengo
y me asusta lo que puede pasar de inmediato,
por ello, mi mente no descansa, y mi alma,
sufre sin sentido.
A lo mejor, llega el momento que todo esté ordenado,
o al menos, me acostumbre a este lío de ir y venir,
de echar de menos lo que poseo a ratos,
quizá madure mi forma de ser, aunque...
pierda en esa madurez la frescura de mi risa,
eso que es mío desde que nací, hace ya tiempo.
María Arteaga
***
5 comentarios:
No pierdas nada de lo que tienes, lo que es tuyo, y mucho menos tu risa.
Feliz día, mi niña. Besos
¡Maravilloso!
Leer tus versos enseñan a imaginar otro mundo que yo no veo.
Precioso
UN PLACER PASAR OTRA VEZ POR AQUÍ. ME GUSTA
Gracias...
Publicar un comentario