martes, 22 de diciembre de 2015

Un té en Navidad




 La humedad llena todo ésta mañana de invierno,
y los niños, cantan números con música de fiesta.

Es Navidad, se respira costumbres y sueños.
Fue un día como hoy ante el desayuno más dulce,
cuando miré sus ojos de cerca.
Los vi llenos de esperanza y estrellas, 
faltos de amor y sobrados de ilusión.
Quise profundizar en ellos
y en el fondo de su corazón de hombre sincero,
mientras tomamos un té y cordiales murcianos.
Me llenó de júbilo lo que encontré en su interior, 
no pretendía nada, no buscaba nada especial...
Descubrí a un ser maravilloso que me hizo soñar
y que hoy, me hace sentir que la vida es bella.



María Arteaga




***