Hoy, he madrugado tanto que el día aún dormía. Al salir a la calle he sentido miedo, estaba tan oscuro como ahora, que el jueves se despide hasta la próxima semana.
En casa tengo frío de mi cama grande, del silencio de mi dormitorio, de mis pocas horas de sueño, de mi despertar antes del alba. Tengo frío de mi vida sin brújula, de mi desayuno en silencio, de mi cena sin ganas de tomar nada.
Tengo hambre de amor, de paseos en compañía, de flores en mi mesa, de cine con manos entrelazadas, de café con sonrisas. ¡Tengo tantas cosas...! Y a veces, no tengo nada.
María Arteaga
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