Bebí de tu alegría a mi lado
sabiendo con certeza que eras feliz,
todo lo que compartimos era importante
porque nuestra historia lo es.
Beso a beso te hice mío, nos besamos
hasta perdernos, más no el deseo
que perdura y se hace valiente.
Cené pensando en ti, comí las uvas
de la suerte y pedí un poco para los dos,
no brindé, pero no dejé ni un solo instante
de añorar tu presencia, te sentí cerca
aunque no estabas conmigo.
Sé que tú, me abrazabas desde allí.
María Arteaga
***