sábado, 28 de julio de 2012

Claudia...


La misma postura, sus manos sujetan la barbilla de una cara preciosa, ojos curiosos de todo lo imaginable, mirada limpia, muy bella.
Observa mientras escribo. Mi ordenador está encima de la cama, como aislante un álbum de fotos, ella sigue mirando lo que hago. Tumbada a mi lado en el suelo, escribe algo en su pequeño portátil, mira de reojo,  apenas se mueve  mientras el tiempo pasa. El reloj no se para, es la 1:55 de un sábado de julio en Balsareny. Claudia sigue a mi lado, las dos tememos que su padre despierte y nos mande a dormir. Mañana nos vamos de compras a Barcelona y creo que sobre todo a ella, le costará un poco levantarse...¡Dios mio, si ya es hoy!


María


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lunes, 23 de julio de 2012

Mirando al sur


Allá te imagino, entre un vals de olas.
El mar es testigo de mis pensamientos,
él, que acaricia mi cuerpo con espuma
y juega con mis pies descalzos,
que aprovechando un descuido,
aún sabiendo que yo solo deseo tus besos,
muerde mi boca salada.
Agua transparente que deja ver caracolas
entre un bosque de posidonias,
celosas de aquella tarde de amor en la playa.
Me marcho entre recuerdos y realidad,
dejando mis huellas sobre la arena mojada.



María Arteaga


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martes, 10 de julio de 2012

Gotas de estrellas












Entre hojas plateadas de olivos
se deja ver la luna de verano,
cielo de luz, gotas de estrellas caen
en la negrura del campo.
Olor a tierra labrada y amanecer,
trigos dorados y maduros,
tibios aún por el sol de ayer.
Besos eternos de deseo y amor,
manos anudadas sin ataduras,
lazos en el alma, silencio de abrazos.
Despertar con su mirada de júbilo,
felicidad de un día nuevo.


María Arteaga



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jueves, 5 de julio de 2012

Mis versos, poesía...

El Río Segura a su paso por Murcia














Verano, verano...
Amanece tras la estela de la luna,
noche de sueños y letargo, cansancio...
Calima, brisa nocturna sin fresco.
Abro los ojos antes que el primer rayo de sol,
deambulo entre caminos de olvido
y calles de esperanza.
El río juega con peces, ánades y cisnes,
yo les miro curiosa, ellos siguen su ritmo
mientras me pierdo un día más,
lejos...¡tan lejos...!
A veces no sé donde vivo o si estoy viva,
solo me salva la ilusión y un papel en blanco,
y sobre todo, mis versos, mis poemas.


María Arteaga


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