El viento tropieza en el cristal.
Deseo aire fresco
que se lleve la sensación de no ser
como este tiempo incierto.
¡Tengo sed y el agua no la calma!.
Necesito descansar
y no quiero cerrar los ojos.
Temo perder de mis pupilas
la imagen de los momentos vividos.
En cada detalle llevas un poco de mi.
Entorna los párpados y piensa...
Sabores, palabras, sonrisas,
obsequios eternos que,
aunque se consuman del todo,
siempre serán la atención
del regalo que no te di
en este último paso del tiempo.
María Arteaga
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