domingo, 3 de febrero de 2013

Mi fortuna















Ahora, cuando tus ojos buscan los míos,
soy capaz de sostener tu mirada.
Hubo un tiempo que no sabía si mirar
al cielo o esconderme debajo del mar.
Hoy te miro de frente y sin palabras
te digo...¡Dios, cómo te adoro!
Sabes que te quiero más que a mi vida.
Por eso, me duele tu cansancio
y tantas horas perdidas.
Ayer me dijiste: ¡Te quiero con locura!
Guardaré tus palabras en mi corazón
junto a otros tesoros que son mi fortuna.


María Arteaga


***


15 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin palabras...Genial. BS

julia rubiera dijo...

Como siempre querida y admirada poetisa nos acaricias el alma y los sentidos con la belleza y sensibilidad de tus letras. Muchos besinos e infinitas gracias por concedernos el privilegio de ser testigos de estas.

joqui dijo...

Me encanta el poema, como todo lo que escribes.
Besos.

Uno de cerca dijo...

Siempre lo pienso y algunas te lo digo. Envidia sana, de tus versos y de lo que te hace sentir y escribir tan bonito.
Un beso, María.

Anónimo dijo...

Encontrarse con tus ojos o tu sonrisa es un placer, María.
Bonitos versos. Un beso

El Sol dijo...

"Sabes que te quiero más que a mi vida".

Hola, María.
Me gusta todo, pero ahora ese verso es el que te robo, espero que no te importe.

Besos, niña.

Anónimo dijo...

Un placer leer sus versos, señora. Saludos

uno más dijo...

Dios, que hermoso.

Francisca Quintana Vega dijo...

Reconocería tus poemas entre muchos. Eso significa que tienes un estilo propio muy definido. Sopla sobre la cajita y convierte esos recuerdos en realidad. Un beso.

Sneyder C. dijo...

Deja las palabras fluir no te quedes en el silencio....puede que el las este esperando.


Un cálido abrazo

Amando García Nuño dijo...

Es curioso, los versos que más me impactan son los más duros: me duele tu cansancio y tantas horas perdidas.
Un abrazo.

Manuel dijo...

Hola María, te visito periódicamente para leer los bonitos y sentidos poemas que tu nos regala.
Gracias.
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Me comprometí contigo en avisarte cuando publicara la entrada sobre Herrera; ya lo he hecho pero lo que siento es que nada más que viene en este libro de 1911 una sola fotografía del pueblo de tu madre.
Espero que le guste.

Mily Murillo dijo...

Qué forma tan magnífica de estremecer mi alma, de remover sentimientos y por qué no, de las ganas de no perder el tiempo, y menos cuando se trata del amor.

Te dejo un cálido abrazo.

María dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios, gracias. Gracias y un beso.

Anónimo dijo...

Gracias las que te adornan, preciosa.
De nada. Un beso.