Ya no soy aquella chica de mirada esquiva y cabello recogido en la nuca, ni camino correteando por los montes al encuentro de espárragos y frutas. Ha pasado el tiempo como el rayo traidor, forzando las alas de colores alegres buscando un lugar donde refugiarme. Yo, mariposa humana, indecisa a veces, valiente cada madrugada, amante al olor de romero y rosas, tierra de mi pueblo, escarchada... María Arteaga ***
Tiembla mi cuerpo cuando pienso en sus labios, noche clara de otoño con faroles de estrellas y caricias de enamorados. Su piel en la mía, su boca en mi llanto callado, dile a la luna que se duerma temprano que tengo para él deseo, besos y abrazos. María Arteaga ***
Mis ojos se mojan debajo del paraguas como telarañas invisibles. La lluvia no cesa de golpear la tela acosando mis ganas de paz, de sosiego. El viento mece las palmeras cerca del mar y quiero huir lejos de allí, donde nadie me llame por mi nombre. Deseo vivir de forma sencilla y tener unas manos refugio de las mías. Necesito un lugar donde plantar mi árbol y que florezca en primavera. Quiero su voz cerca de mi... María Arteaga ***