viernes, 24 de octubre de 2014

Romero y rosas




Ya no soy aquella chica de mirada esquiva
y cabello recogido en la nuca,
ni camino correteando por los montes
al encuentro de espárragos y frutas.
Ha pasado el tiempo como el rayo traidor, 
forzando las alas de colores alegres 
buscando un lugar donde refugiarme.
Yo, mariposa humana, indecisa a veces,
valiente cada madrugada,
amante al olor de romero y rosas,
tierra de mi pueblo, escarchada...



María Arteaga


***

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué preciosidad!

Mujer y poema. No eres la misma, pero sí igual de bonita.

Un besito.

El Sol dijo...

El paso del tiempo solo ha obrado a tu favor, María. No mires hacia tras con pena.
Ahora eres una mujer maravillosa y una escritora genial.
Me encanta este poema, como todos.

Feliz fin de semana, mi niña.

Anónimo dijo...

Que bonito ylindo escribes.
U beso con una sonrrisa.

uno de cerca dijo...

Preciosa. Maravillosos versos.