Mal día

Mis tres vecinas

Hoy ha sido uno de esos días que desearías olvidar, al menos en parte. Lunes raro, pero raro, lo mismo soy yo que estoy demasiado sensible y todo me parece que se vuelve en contra mía, o de la gente que me rodea. Si tuviese que poner algo bueno en mi diario, escribiría que esta mañana ha venido a casa Isidro, hoy ha tenido una excursión por nuestro barrio, donde asiste al colegio. Es un niño bueno, guapo, educado y dulce, es un cielo para mi, que soy su abuela. La mañana transcurre sin nada más que alegre mi día, bueno, si, hago una visita a mi amigo Rai, pero sus obligaciones como profesor y director de un colegio le deja poco tiempo libre; apenas 15 minutos después de varios meses de promesas por ambas partes.

A las 2 de la tarde, salgo para el lugar donde trabajo, y aún en la puerta del ascensor de casa, decido bajar por la escalera, escucho la voz de Estefanía, mi vecina favorita a la que tengo que pagar un libro que me ha traído de Elbal, la librería donde trabaja. Le doy dos besos y el dinero, entonces veo a mi amiga Carmen que baja llorando y se abraza a mis otras dos vecinas favoritas, sus hijas, las flores de la foto son para mi tan bellas como ellas. Tamara y Lidia han sufrido un accidente en la autovía cuando regresaban de pasar el fin de semana en Cehegín; afortunadamente han podido contar lo que les ha pasado. Yo he llegado al trabajo llorando y con un nudo en la garganta que no me dejaba respirar. A las tres chicas les hice de niñas fotos, vestidos, caricias y he disfrutado con todo lo bueno que les ha pasado, por ello, hoy he llorado su desgracia, a pesar, de que el más lesionado ha sido el coche de Tamara. Lo siento de todo corazón.

Cuando llego a mi lugar de trabajo, Rocío y todos los demás, hacen que olvide un poco mi tristeza.

MNA

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