miércoles, 31 de agosto de 2011

Aquel anochecer














Una cajita de hojalata llenó de sueños
cuidando cada detalle al máximo,
dio todo lo que pudo y mucho más.

Cada día la abría ilusionada
deseando guardar algún pequeño tesoro,
lo  que él quisiera, ella no nada pedía,
solo esperaba lo que él  le pudiera dar.

Pasó el tiempo y su alma se encogió
restando alegría a su mirada y sonrisa,
poniendo una mueca en su lugar.

Ya no fue la misma de aquella tarde
que cumpliendo sus deseos
confundió el matiz de sus palabras,
desde entonces, no dejó de soñar.


María Arteaga

***

16 comentarios:

Aloe dijo...

Hola María.

Un poema... triste? tal vez, en muchas ocasiones revestimos la realidad con ropas de tristezas , melancolías, ... relidades que son poemas.

Me alegra haberte encontrado .

Un beso.

Aloe.

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

La caja de la esperanza, solo hoy está llena de la tristeza de unos suaves ,dulces y llenos de melancolía versos que tu tan bien sabes expresar.
Un beso

El Mar...Siempre el mar dijo...

A veces en esas caja metálicas se guardan pequeños recuerdos de un instante de nuestra vida. Tu has querido guardar en ella cosas más importantes. Guardar sueños que no se realizaron es guardar un montón de añoranzas. .

Mi mejor sonrisa para ti

Anónimo dijo...

MUY EVOCADOR SUS TEXTO. UN PLACER VISITARLA.
UN ABRAZO

El Sol dijo...

Preciosa tu caja de hojalata.
¡Que envidia siento de tus poemas y de los sentimientos que te invaden!
Eres un sol de persona y una poetisa excepcional. Mucha envidia sana.

Besos, niña

STARLIGHT dijo...

Bellos versos he descubierto en tu blog, es un placer visitarte pronto pasare de nuevo, saludos desde Guatemala

Luna dijo...

Seguramente la cajita espera más sueños, tal vez tesoros de palabras, versos, algún poema como este...

Un placer visitarte, María. Saludos desde mi Salta.

Anónimo dijo...

Todos deberíamos tener una cajita donde guardar nuestros tesoros, especialmente los sueños y algunos poemas como los tuyos. Precioso y lleno de añoranza.
Un beso

Verónica O.M. dijo...

¡Muy bello María! llegaran tiempos mejores, y en esa cajita podrás guardar lo que de verdad te importe, la cajita sabrá esperar.
Besos, muy feliz madrugada

Begoña Argallo dijo...

Ella debería no obsesionarse ( qué sencillo de pedir) y dejar que su alma se ensanche de nuevo, es un alma tan grande que ha de encontrar aquello que espera, aunque sea en otro lugar.
Un beso

Anónimo dijo...

No estés triste María, no lo estés por favor.

Acongoja el alma leerlo.

Gracias por tus palabras
Besos

María dijo...

Mis queridos amigos: esto de escribir poesía es algo que nace de muchas maneras. Como un manantial tranquilo, un torrente alocado o como una charca seca donde la única rana que vive en ella, espera cada día al príncipe que de un dulce beso, la lleve al paraíso como la más afortunada de las princesas.

No te acongojes, Señor del Viento, solo es cosa de poetas...

Besos para todos en una tarde de verano en septiembre.

María

manuel fernando dijo...

Hola mi buena amiga, pasé por aquí por tú hermoso espacio para saludarte y también agradecerte tus bonitos comentarios que siempre me dejas cuando me visitas. Bonito poema, "muchas veces guardamos valiosas reliquias en nuestra cajita de hojalata, algunas de ellas auténticos recuerdos llenos nostalgia", gracias por compartir. Que pases un feliz fin de semana lleno de sensaciones positivas. Un beso desde la distancia de un amigo.

Talismán dijo...

La felicidad completa no existe, solo se compone de pequeños momentos, horas o días que alimentan nuestra vida.
Tú, poetisa encantadora lo sabes de sobra y eres afortunada con bellos recuerdos.

Muchos besos y feliz fin de semana.
Y sigue soñando...sigue, preciosa.

Anónimo dijo...

Hola María. Bonitos versos.

No dejes de abrir cada día con mucha ilusión tu cajita de hojalata, porqué el día menos pensado seguro que tienes una sorpresa y llega lo que tú esperas. No tengas tristeza ni desánimo que la paciencia siempre tiene su recompensa. Feliz domingo y un beso.

María dijo...

Gracias de nuevo y más besicos agradecidos.

María