Fuente de San José. La Cueva (Murcia) |
Empecé a caminar carril abajo
hasta llegar a la acequia
y disfruté de la cascada de agua
encauzada a mis recuerdos.
Seguí andando hasta la cantera,
me detuve ante la puerta de la ermita
y llegué a la fuente de San José.
Allí estaban los guardianes
con las bicis en el suelo.
Cinco niños alegres como la lluvia
que empezaba a caer.
Uno de ellos se metió al huerto,
cogió una lechuga recién plantada
y me la dio,
yo la envolví entre hojas de limonero
mientras respondía a sus preguntas
y me empapaba de sus palabras.
Uno de ellos dijo...¡Qué emoción,
una amiga escritora!
Pareces una maestra contando historias.
(El titulo del poema fue idea de ellos)
Johanna, José, Ramón, Matías
y Simón. Los niños de la fuente.
Hace años, yo jugué allí, y ayer,
volví a sentirme niña otra vez.
María Arteaga
Guardianes del pasado |
***
10 comentarios:
Que belleza tu relato a mi tambien me lleva a los recuerdos de mi niñez todo lo que es alrededor de las acequias
un fuerte abrazo
Carmen
Un paseo por la huerta y tus recuerdos, un encuentro con niños que saben jugar y disfrutar de la naturaleza.
Muy bonito, María. Las fotos geniales.
Un beso, niña.
Encantador. Conozco el lugar y por supuesto a ti. No has podido elegir mejor tema para unos días donde solo se huele a azahar en la huerta.
Besos, María.
Y yo contigo en la fuente de San José, con la fresca lechuga, las palabras inquietas y colmadas de futuro... gracias señora bonita por compartir sus vivencias y añoranzas.
Entrañable y contado con una sensibilidad que ya es parte de ti.
Gracias, María
Me gusta mucho, eso, que me gusta.
Un beso y feliz fin de semana
¡Qué suerte, una lechuga fresca a cambio de un poema, de una historia!
Bueno, una lechuga fresca y una infancia recobrada.
Un abrazo sin huerta.
Fuiste una niña afortunada al poder jugar por la huerta .
Eres una mujer afortunada al poder volver a aquellos parajes que te hicieron feliz
y poder expresar tus sensaciones.
Entrañable. Feliz semana. Bs
Eres genial. Besos
¡Cómo escribes quilla! Además este poema me ha gustado especialmente porque me ha llevado a recordar aquellos maravillosos lugares donde jugaba de niña, lo cual hago a menudo. También me gusta observar como, hoy, otros niños juegan en esos lugares, y sonrío.
Besotes de Elena de Cartagena (del taller de Antonio)
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