Camino como perdida
y no me puedo encontrar,
pregunto al sol de la mañana
y no responde, se esconde.
Sigo, interrogo a la luz de la tarde
y no sabe quien soy,
recuerda a otra persona
que reía como un cascabel.
Ruego a la penumbra del ocaso,
le persigo, corro, le alcanzo,
llora de pena por mi
al ver mi mirada opaca, vacía.
Despierto temblando y feliz.
Sólo era un sueño celoso.
María Arteaga
***
8 comentarios:
Máría.
No hace falta que interrogues al día, sea cual sea el momento.
El sol, la tarde y el ocaso saben muy bien quien eres. Una mujer maravillosa que escribe poemas maravillosos. Felicidades.
Y alegra esa mirada tan bonita. Tú eres nuestro faro.
Un beso, niña
Felices sueños María... Y precioso poema, inspirado en el descanso de tu almohada.
Te tejo un gran abrazo.
Un bello momento paso por tu blog..ante estos hermosos versos siempre con el deseo de regresar.me quedo...
Un abrazo
Con mis saludos fraternos de siempre..
Que tengas un buen fin de semana...
Hola Maria:
Junto al camino los timidos rayos de sol se alegran de oir tus bellos poemas.
Que pases un feliz fin de semana
Besos
Tessa
Un hermoso poema, enhorabuena.
Gracias por tus palabras en mi blog.
Hola María.
Bonito poema, bonita manera de despertar. ¿Pero porqué tiemblas?
Seguro que es de emoción, yo lo hago cuando te veo o leo.
Feliz fin de semana.
Besos
Hermosa poesía María.
Que tengas un bonito fin de semana
Besos
J.A
Muchas gracias a todas/os.
Mis deseos son los mismos.
Que tengais un feliz fin de semana y muchos besicos.
María
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