jueves, 21 de octubre de 2010

Aquella tarde


Entre rosas vivo, soy espina verde,
tierna, que se rompe al roce de tus manos.
Tus manos escriben las letras que llegan a mis ojos
y los hacen brillar como estrellas en la noche.
La noche trae junto a mi tu voz, tu risa,
haciendo que te sienta a mi lado.

María Arteaga


***

10 comentarios:

Anónimo dijo...

qué hermoso:)
UN saludo.

El Sol dijo...

Rosa roja sin espinas
rosa murciana
dulce aroma te acompaña
María, dulce niña.

Bonito, besos

maile dijo...

¡Pero que buena compañia! Envidia me da usted si le hace escribir algo asi.
Besos Maria.

Begoña Argallo dijo...

Hermoso, estos días estuve leyendo tu blog y es precisamente eso, un enorme ramo de rosas sin una sola espina.
Soy lenta lo sé, me ha costado encontrar tu blog. Y me ha gustado.
Saludos

PRINTOVA dijo...

En la soledad el brillo de esas estrellas te traen su presencia, aún no estando le sientes cerca.

Bello como esas rosas María.

Precioso leerte amiga.

Un besote enorme.

Anónimo dijo...

bello y delicado tema.
besos

El Mar...Siempre el mar dijo...

Maria...

Te pones a escribir y va dejando en cada letra un reguero de belleza y suavidad para los ojos de quienes te leemos.
Gracias.


Mi mejor sonrisa para ti

Anónimo dijo...

¡Quién pudiese ser el tallo que une espinas y pétalos!
Tú, rosa huertana, olorosa y alegre... María.

Poetisa de sentimientos, de sueños y amores. María...

Mayte S. dijo...

Incomparable ese sentir que tan hermosamente define tu poema.

Con cariño, esencia.

María dijo...

Muchas gracias por vuestras palabras que valoro infinito.

Besos sinceros