El viernes volví al pueblo a casa de mis padres (mi antiguo hogar). Desde que falleció mi padre acudo con frecuencia, somos cuatro hermanas y cada día vamos una para hacer compañía a nuestra madre.
Cuando llegué, llovía. Ella esperaba detrás de la puerta para abrirla, siempre lo hace. Sabe que soy yo por mi manera de caminar y el sonido de mis manos en los cristales. Estaba contenta y sonreía.
Cambié mis ropas por otras más cómodas y entré a la cocina. ¡Jolines!, qué sorpresa. Desde hace más de cuatro años la chimenea de leña no se utilizaba. La última vez que mi padre la limpió (como el deshollinador de Mary Poppins), cayó desde el tejado de nuestra casa al de mi tío Antonio, se dio un susto de muerte y por poco se mata. Desistió de volver a escalar y con hollín en el tiro es peligroso encenderla, las llamas pueden llegar al cielo.
Mis cuñados Ángel y Pepe la han dejado como los chorros del oro y ahora es un placer estar sentada frente al fuego, con mi madre al lado y un libro en las manos. Al final no me entero de nada de lo que leo, ella me cuenta, habla, le miro, asiento...y disfruto de unos momentos que me hacen llorar. El sillón donde está sentada antes lo utilizaba mi padre. Le echo de menos. Encima de la chimenea, aún está el cartel de la corrida de toros de la despedida de Pepín Liria que le regalé. Todo está lo mismo que cuando él nos dejó hace ya dos años y dos meses.
María
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15 comentarios:
Hola María.
Es un texto muy hermoso. Me gusta ese rincón, tiene encanto.
Lady
Imagino la escena y me gustaría estar junto a las dos. El calor humano tiene que ser superior al del fuego.
Un beso, María. Otro para tu madre.
yo puedo reconocer el caminar de mi mama desde muy lejos!!!!
Es tremendo que alguien tan importante como un padre desaparezca sin dejar rastro, y todas las cosas, hasta la menos necesaria siga estando ahí. Es una sensación devastadora que abre más su brecha ante la inminencia de la Navidad.
La chimenea encendida en cualquier lugar lo dota de vida.
Besos
Muchos recuerdos bonitos y tristes, pero, seguro que la memoria os deja la oresencia querida como si él estuviera ahí, hasta le puedes escuchar. Ami me sigue pasando y eso que ya hace años... Muy emotivo lo que compartes amiga.
Un beso.
Es un honor ver el lugar donde pasas horas de tu vida, donde viviste de niña, donde tu padre disfrutó de sus cosas y que vosotras aún conserváis.
Cuida de tu madre y de ti.
Me encanta este pequeño relato de tu quehacer como hija, eres un tesoro.
Un beso. niña.
Mari@ no deberias llorar, deberias sentirte alegre y orgullosa. Que maravilla los inviernos frente al fuego. En mi casa no tengo chimenea, pero hecho de menos la de mi abuela...
Qué hermoso relato, seguro que a Él le habrá encantado, y a tu madre también.
Mil besos, de corazón
Mián Ros
María aunque sientas la falta de tu padre, todavía tienes a tu madre, disfrútala lo máximo que puedas verás la satisfacción que queda en el alma.
Besos
Disfruta de tu madre y recuerda con cariño los momentos alegres pasados con tu padre. Nada de tristeza, princesa. Tú dices a menudo que la vida sigue siendo bella, pues ya sabes...BS
Precioso y emotivo lo que cuentas María, disfruta de ella mientras la tengas, y con respecto a tu padre nunca se van del todo mientras los recordemos con amor.
Un beso
Hola María.
¡Que bonito y sensible! Es un canto al amor a los padres y a la vida. Tú, como siempre eres especial y nos haces participe de tus emociones de una forma tan sencilla como hermosa.
Feliz día. Un beso
gracias miles querida y admirada amiga y poetisa por emocionarnos con tu grata y bella sorpresa cuajada de amor y profundos sentimientos hacía tus personas amadas.
Besinos de esta amiga que te quiere un montón con todo mi cariño.
Los padres son tan importantes como el agua: sin ellos no estaríamos en el mundo. El adiós es tan doloroso... Disfruta de tu mamá. Besos
Muchas gracias por esta visita. Sois parte de este blog, sin vosotros faltaría lo más importante: el calor humano.
Ignacio: me da pena no verte, alegría encontrarte aunque sea aquí.
Feliz fin de semana para todos y muchos besos.
María
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