Estos montes verdes...grises,
donde tantas veces caminaste,
saben mucho de tu vida.
Tengo celos de cada piedra,
cada árbol que rozaste y respiraste,
este lugar te reconoce.
Tus ojos y sus parajes
han compartido confidencias
de cuando yo no estaba contigo.
¿Pensarías en mi sin saberlo?
Ahora, cualquier rincón, cada cosa,
me cuenta algo de ti
de tus palabras y pensamientos.
Quizá compartimos tiempo y espacio,
lo mismo nos cruzamos caminando
y no nos reconocimos.
¿No sabías que te esperaba?
Debiste de adivinarlo, era yo,
tu pequeña, que caminaba
a tu encuentro sin saberlo.
Pero ahora ya no tengo duda,
siempre has estado conmigo.
Sabía que existías.
María Arteaga
***
6 comentarios:
No tengo palabras...
Es tan bonito como tú,
muy dulce y auténtico.
Gracias por alimentar mi alma.
Sabía que no me ibas a defraudar. Lo más intenso de un poema es el inefable sentimiento que desnuda el alma de autor, autora en este caso.
Precioso poema, como el corazón de aquella que lo hizo surgir de la nada, porque es la poesía lo que viene a reemplazar la pintura de lo individual por la descripción de unanimidades donde el hombre se disuelve.
Ten por seguro de que me paseré por aquí más a menudo.
Y gracias.
Gracias siempre a ti, a todos los que como tú, entienden de
literatura y nos dicen a los aprendices lo bonito de nuestro humilde trabajo.
Un besico.
Tambien doy las gracias a mi seguidor anónimo.
Gracias.
Tus ojos y sus parajes
han compartido confidencias
de cuando yo no estaba contigo.
Muy bonito Isis, es un placer pasar por tu espacio y leerte.
Gracias por tus visitas a mi rincón
Gracias a ti Mistral.
Siempre espero con ilusión tu poesía, se que será como siempre preciosa.
Me alegro de tu visita y que te guste este poema,
Un beso.
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