sábado, 1 de noviembre de 2008

Mándame un sueño



Aparece el sol rojo¿caprichoso?.
No, mis ojos lo ven emocionado.
Si no fuese por su movimiento,
no sabríamos cierto si sale o se oculta,
si nace un día o muere un atardecer.
Sábado de agosto dormido, casi inerte.
Escucho en el silencio de mis pensamientos
palabras guardadas en mi mente.
El tiempo quita mis deseos de libertad,
mandame un sueño de finas gotas de lluvia,
yo los recibiré ansioso y soñaré.
Tú eres vida en la vida de los demás.
¡Que palabras más bonitas¡
Escuchar para, o hasta olvidar.
Pero por favor, mandame un sueño,
y podremos bailar en la oscuridad.

María Arteaga

***

1 comentario:

María dijo...

Este poema lo escribí en la habitación de un hospital cuidando a mi padre.Amanecía una madrugada de agosto con un sol precioso y
rojo.Entonces recordé a un amigo que le gusta mucho la noche.En mi mente se lo tengo dedicado y él sabe que es mi regalo.Besos