martes, 25 de enero de 2011

Desnudando el alma



No puedo ver su sonrisa burlona,
no deseo escuchar palabras inciertas,
no puedo creer lo que dice y piensa.

Seguro que estoy soñando, ¿o despierta?
me he acercado a su reino y he preguntado
lo que mi mente imaginaba y mi alma negaba.

Me siento como una hormiguita explotada
trabajando desde siempre por nada.
Creo que es una ilusión falsa y macabra.

Encrucijada de caminos sin destino
a un lugar donde no sé llegar sola.
Esta noche necesito ayuda del mundo,
de mi familia y amigos, de ti.
¡Y me siento tan sola!
No sé si llorar, salir corriendo
o como siempre, gritar en silencio.


María Arteaga


***

13 comentarios:

Anónimo dijo...

No grites en silencio, que el silencio ahoga. Sal a la vida, a tus derechos, a la justicia.
No estés sola, porqué aunque lo creas, no lo estás.
Pide ayuda a quien tú necesites, sabes que estamos a tu lado.
Un beso lo mismo de grande como tu corazón.

Anónimo dijo...

UN TEXTO MUY AGÓNICO. SE PUEDE VIVIR SOLO, PERO NO SOLO.
UN ABRAZO

El Sol dijo...

Escucha María.

No me gusta lo que has escrito aunque es precioso el poema.
La reina eres tú, si no sabe apreciar tu valor y sacrificio, camina al encuentro de otra nueva vida. Te mereces algo mejor que gritar en silencio. El Sol te acompañará siempre.

Un beso, niña

Begoña Argallo dijo...

Hermoso poema de hermosas letras. Cuando quieras salimos juntas a caminar, para que sepas que nunca estás sola. Sentirse solo no es más que una sensación. Hay que dejarla a un lado y seguir caminando.
Saludos

Uno más dijo...

Triste y hermoso poema.
Bien escrito y justo en palabras.
No te agobies por los caminos, que todos tienen un destino.

Un beso muy fuerte

Mián Ros dijo...

Muy bonito tu poema, María.
El miedo se rompe alzando la voz, alzando el pie, redirigir tu propio destino.
Besos,
Mián Ros

Jose Manuel Iglesias Riveiro dijo...

Un poema triste, casi un grito de pena y soledad, no creo que eso refleje tu animo porque una persona como tu con tu corazón tiene que estar continuamente pletórica de felicidad.
Un abrazo.

María dijo...

Gracias por vuestra visita y ánimo

Anónimo
RELTIH
El Sol
Begoña
Uno más
MiánRos
José Manuel

Besos desde mi alma socorrida, a veces necesito a mis amigos.

Anónimo dijo...

Cuando necesites de mi, lanza un beso al viento; yo saldré a su encuentro y llegaré a tu lado.

Ignacio dijo...

María, sigues con ese ánimo tan frágil. Pero lo que mas me gusta es que siempre tienes una sonrisa para todos.

Ya sabes que no estas sola, aunque no pueda sonreirte todos los dias.

Trabajas por ti, tu dignidad. Y podras llegar donde desees porque eres persistente y con animo.

María dijo...

Anónimo. Vale, yo lanzo el beso... pero no sé a quien. Cuando llegues te presentas. Un beso


¡Hola!¿Eres el Ignacio que yo imagino?, ¿qué tal todos?, me alegro.
Cuando paso junto a tu antigua mesa, noto tu ausencia.

Siempre sonrío, siempre saludo porque me hace sentir bien y me gusta el calor humano.

Muchas gracias por tu ánimo, ahora parece que estoy mejor.
Besos para tu gente y para ti el más fuerte

Ignacio dijo...

Sí soy el que imaginas.
Por cierto tengo pendiente hacerte un dibujito para tu libro(como me pediste esta Navidad), pero como somos uno más en casa pues tengo menos tiempo.

María dijo...

Muchas gracias Ignacio. Me alegra que todo saliera bien y Samuel tenga a su hermanito. No te preocupes que cuando necesite el dibujo te lo pediré de una forma u otra, tiene que ser original. No vale via correo.
Cuatro besos de María